Monday, May 05, 2008

Opuestos en una figura circular


Desde hace tiempo me queda claro que los chicos bien portados no pasarán nunca a los libros de historia, no serán leyenda, ni harán reflexionar al mundo. A nadie le interesa que una persona haya cultivado el arte de respetar a sus mayores, o que alguien con una carrera bien pensada y calculada logró conseguir un título universitario.

La cosa es pone más dramática cuando rebasamos el nivel común de nuestro vecino “prodigio”, o de lo bien portado que es nuestro primo el "nerd", podemos ver que incluso gente que rompió paradigmas a la fecha son ignorados por los que ahora viven en esta canica azul: dudo que Federico Nietzche sea identificado con cierta precisión por estudiantes universitarios, ya no digamos de bachillerato, y estamos hablando de un auténtico irreverente.

Más aún, en la actualidad todo mundo presume una libertad sexual a toda prueba, y sin embargo dudo que mucha gente a la fecha agradezca su vida sexual a las investigaciones del doctor Alfred Kinsey, ¿es que acaso nuestro destino ineludible, como lo afirma José Saramago, es el olvido?

Me parece que esto lo vio y lo explotó Andy Warhol. Para quien ignore quién es este sujeto, baste decir que es el creador del Pop art, que legó la frase “tuvo sus 15 minutos de fama” y que concentró en sus actos la entonces visión del consumismo llevado al culto artístico.


Y sin embargo, dado lo que vivimos en la actualidad queda claro que los 15 minutos de Warhol terminaron profetizando su mismo destino. La informatización, la globalidad y el sentimiento vertiginoso en donde todo pierde vigencia a ritmos frenéticos hace que incluso Warhol, además de víctima, sea polvo y olvido de sus 15 minutos, es muy probable que ahora sólo se goce de 5 minutos de fama, y quizás eso sea muy generoso.

Esta angustia de la vigencia, de la vida acelerada, del consumismo, del fetichismo industrial queda espléndidamente expuesto en la cinta Fábrica de sueños, tercera cinta de George Hickenlooper (El gran anillo de bronce y Gigoló, el precio del éxito), y en ella podremos ver fases y actitudes de Andy Warhol en un estudio de su propiedad y en donde los excesos son la clave para pertenecer a la casa productora.

El reparto de la cinta está centrado en Guy Pearce, (Andy Warhol) y Sienna Millar (Edith), el valor en el trabajo de estos dos actores es expresar, me parece que de manera atinada, la mutación en la que cada uno de ellos se irá tranformando, muy lejos de un convencionalismo social, distantes de normas, artífices de un exceso que hace que toda la película signifique entrar a las entrañas de lo que seguramente nutrió a Bob Dylan y su Like a rolling stone.

Clasismo, urbanismos, drogas, anarquía, sexualidad y morbosidad son explotadas a lo largo de la cinta de Hickenlooper, con tomas muy cerradas, con planos muy directos a las expresiones de los personajes, acentuando sus estados de ánimo, la insensatez de estar haciendo algo que no saben por qué lo hacen, pero que define su efímera y absurda existencia centrada en el elixir de la fama.

La degradación o intensidad (según se pueda ver) se logra con cambios de imagen que nos remiten a los tiempos del súper 8, imágenes en blanco y negro, rayadas, desde luego, y con planos en donde los colores y el grano tan separado hace evidente la psicodelia, el desorden, el aparente anarquismo es donde la libertad fluye, aunque ese mismo caos se vuelve medra y Hades de sus hijos.


Cuando se ve Fábrica de sueños uno está ante una auténtica cinta clasificación C, pero no por la clásica connotación sexual, es una cinta C por exponer la degradación, la comercializacion, el cuerpo usado como objeto con el pretexto del arte, donde la masificación de las drogas hace evidente la soledad, el vacío, y lo amargo que puede ser basar la existencia en la fama.

Pero cuidado, no nos vayamos con el ardid de que se trata de criticar al lado consumista, ¿Qué vamos a ver en el otro lado, en el extremo de la sociedad, de lo correcto, del orden y del buen gusto? Incesto, apariencia, negación de esa otra realidad, abuso de autoridad, ¿quién resulta más despreciable, el que hace evidente su narcisismo y su lujuria o quien tiene una máscara de ropa, posesiones y prestigio social?

Al final, el espectador verá la cara menos glamorosa del ser humano, la negación superficial, pretendiendo rechazar con indiferencia lo que nos duele, como si así dejara de existir, la vida de Edith será una lata más de sopa, un rostro más que se multiplicara en un cuadro, será sólo sueño que quizás dure 15 minutos, ¿pero en verdad se tiene otra opción?

Sí, Fábrica de sueños es una cinta polémica, severa (una pareja no soportó tanto alucine y nos dejo más solos en la sala), pero sin duda que se tiene que ver para saber que ese mundo no está tan lejos, es más, podemos estar en cualquiera de los dos extremos, aparentemente huyendo del opuesto, y sin embargo, es posible que se trate de una trayectoria circular.
Por los pasillos del video club
Picnic pasional, del director Didier Martiny, estelarizada por Carole Bouquet, Philippe Noiret, Niels Arestrup, Stéphane y Michel Aumont, es una cinta francesa que describe los ridículos en los que basamos la "felicidad" humana. Un grupo familiar, más una pareja agregada es el marco para reflexionar sobre las relaciones que existen para destruirse, donde el arte es una forma de degradación interna, donde la felicidad y la lujuria conviven. La fidelidad, el gozar oportunidades, y demás emociones se terminarán alineando de dos maneras posibles: ¿cómo deseo bajar la montaña, por el camino trazado o dejándome ir por la ladera empinada? Picnic pasional es una gran opcion cuando se va a video club.

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Friday, April 25, 2008

La decisión cargada por alguien más


Rumania, 1987, un país sumido en la miseria, en la apatía, donde el mercado negro es lo común, y en ese entorno es que Gabita tiene un problema que hace más complicado el ya de por sí complejo entorno, pero no se puede quedar serena, necesita abortar.

La operación es compleja, el régimen comunista tiene la paradoja de una profunda red burocrática, que con todo y su paquidérmica estructura tiene un sistema de vigilancia constante y siniestro.

La operación será ejecutada, coordinada y sufrida por Otilia, amiga de Gabita, y que tendrá que contactar al doctor que hará el "trabajo”, conseguirá una habitación de hotel, que obtendrá el dinero que suponen será suficiente, que será parte del pago (costo adicional), y, desde luego, ser la responsable de deshacerse del feto de Gabita.

4 meses, 3 semanas y 2 días, se estuvo amasando desde 2006 por el guionista y director Cristian Mungiu, y a lo largo de la historia podemos ver el influencia del Dogma 95 (Las películas filmadas de acuerdo a este movimiento deben ser filmadas en escenarios naturales evitando las escenografías armadas en los estudios, con cámara en mano o al hombro, grabada con sonido directo y sin musicalizaciones especiales. Todas estas especificaciones buscan dar a la historia un tono más realista), aunque el dilema en cuanto a su estructura narrativa me parece que tiene la influencia del director polaco Kristof Kieslowski, lo que lejos de minar la cinta, le dan un tono muy original.

Es en este ambiente que Mungiu se adentra en las presiones del ser humano, en el universo femenino que ve en la situación de la amiga lo que podría ser la vida propia, en la culpa que nos persigue, en la soledad en que el ser humano debe buscar soluciones, y lo más desgarrador, soluciones que no son propias.

El reparto descansa en tres personajes, Anamaría Marinca (Otilia), amiga de Gabita, y que será la responsable de que toda la operación tenga “éxito”; Laura Vasiliu (Gabita) es la chica embaraza, solitaria, y que me imagino funge de tonta para faciltarse la negación de la realidad: nunca contacta físicamente al doctor (lo hace Otilia), no confirma la habitación de hotel (la consigue Otilia), dice que tiene 3 meses de embarazo (pues tiene 4), no sabe la periodicidad de su cuerpo, en fin, ella sólo desea quitarse ese problema de encima.

Los personajes centrales se cierran con Vlad Ivanov, el Sr. Bebé, un doctor hosco, seco, agresivo y notablemente misógino (además de pragmático), no tiene mayor mérito moral su personaje, va al punto, impone con violencia sus condiciones (está en posición de hacerlo), y hace de su “ayuda” una situación de cobro en donde el dinero, Gabita y Otilia entran en el mismo paquete.

Los diálogos y la musicalización serán escasos a lo largo de la cinta, el relato es con imágenes, resultando muy acertado diálogos en donde sólo vemos a uno de los sujetos, como si se tratara de un diálogo con la nada, con nadie, un diálogo interno y que nos enfrenta entre la realidad y la negación tramposa.


Sí, el aborto se logrará, y eso no significa contar el final, la historia va mucho más allá, se funda en la culpa que nos perseguirá, que nos acosará, donde Otilia va a representar a esa parte paternalista de toda sociedad que trata de ocultar sus culpas en la basura (ver comentario de La zona), y sin embargo, al final, un plato de cerdo, tuétano y demás vísceras será un golpe, una cachetada que para una será un recordatorio de lo que ha pasado, en tanto que para la otra será la cadena de remordimiento del alto precio que se ha pagado.

4 meses, 3 semanas y 2 días es una cuenta regresiva a nuestras decisiones, para la acción, para el rompimiento de la ley, para el pago más obsceno, y sin embargo, al final, ser sólo un pasaje más de la dura vida que la mayoría de la gente enfrenta día tras día.

Por lo pasillos del video club

Gracias por fumar es una cinta que va más allá de un título sugestivo, es una cinta de Jason Reitman (Juno, Los cazafantasmas 2), y más que ser una cinta irreverente por el tema de las tabacaleras y su defensa, es una excelente ejercicio de inteligencia en el guión que se comparte con el cinéfilo que gusta de ver la otra cara de un tema que pudiera estar trillado. No hay consejos morales, y demuestra lo que a veces pareciera obvio: no hay verdad ni mentira, todo depende como se argumente la defensa o la crítica. Cinta que considero imperdible y de notable uso académico.

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Friday, April 18, 2008

Parece que recuperamos a Lee


En 2006 Ang Lee ofreció al mundo Secreto en la montaña, y tal como en aquella ocasión, sigo convencido que es una película floja, sin un dilema bien abordado y que en suma es una serie de anécdotas hiladas para llenar más de 2 horas ante la pantalla.

En este 2008 llega a la cartelera Lujuria y traición, y desde luego que era mucha la curiosidad para ver de manera clara si Secreto en la montaña era un resbalón (nada que ver con por ejemplo El tigre y el dragón, o Cabalgando con el diablo) o si ya se puede ver el límite de su obra en cuanto a lo que ofrece.

Lujuria y traición, me parece que tiene algo y algo. De nueva cuenta, me parece, extiende de más lo que es su film, creo que se pudo contar lo mismo con unos 25 minutos menos. Por otra parte, la idea estética de sus cuadros y secuencias lo mantiene, es decir, considero que la imagen sigue siendo cuidada, los enfoques y los ángulos exaltan la belleza de la protagonista o el salvajismo de la pareja en la cama.

Más aun, me parece que retoma por momentos la intensidad y el dilema del libre albedrío cuando los personajes son dominados por las emociones y no por la fidelidad a los principios colectivos. Traición y lujuria no es lo más impactante en este año, pero me parece que puede mantener la atención del espectador durante casi toda la cinta, insisto en esos 25 minutos.

¿Cuál es la cuestión?, El entorno es la ocupación japonesa en China durante la segunda guerra mundial, es decir, la parte menos glamorosa de esta estúpida guerra. Esta polarización siempre encuentra beneficiados y perjudicados, patriotas que detestas a los colaboracionistas. Japón como la potencia invasora tiene en el señor Yee al brazo policial y represor ideal para mantener el control de la sociedad ocupada, qué mejor que un chino para perseguir y asesinar a los chinos.

Sin que se muestre de manera abierta o insistente, la cinta de Lee expone lo que ya se sabe, una cosa es la guerra, y sus motivos, y otra es la realidad social. El mensaje propagandístico hace ostentoso el valor patriótico de la intervención para dar a los asiáticos el control del Asia, aunque el entorno, la ropa, los artículos , el consumo y demás detalles traten de imitar en lo más posible a Nueva York, por ejemplo.




En medio de esta ambiente Wong Chia se involucra con un grupo de compañeros de una compañía de teatro para asesinar a los traidores colaboracionistas (desde luego, el señor Yee) y para ello adquirirá la personalidad de Mac Tai.

Lo interesante de la cinta es que veremos a este grupo de sicarios en dos fases, como aficionados, cuando son más efectivos, y somo profesionales, cuando enfrentan dificultades en su meta.

Mac tai será una infiltrada que deberá que tener en mente la idea de la fidelidad hacie el grupo rebelde para el cuál “presta” sus servicios, es decir, ella sabe que más que una espía es una pieza del tablero que puede ser la más importante y delicada, por su fortaleza o por su debilidad, según se vaya desarrollando la acción.

Mac Tai y Yee serán una representación de lujuria, sí, pero la traición se juzgará desde dos lugares distintos, ¿Yee es un traidor por ayudar a los invasores haciendo el trabajo sucio, o sólo se ha adaptado a cambio de beneficios de impunidad?, ¿Mac Tai está siendo honesta consigo al tratar de acabar con el enemigo asumiendo un rol de alguien que no es, y que para colmo su éxito se basa en el deseo sexual?

Las imágenes de sexo de Mac Tai y Yee son fuertes, sin duda mucho más atractivas, eróticas, salvajes y transgresoras que lo que vemos con los vaqueros amantes en Secreto en la montaña, y eso es lo que hay que agradecer al cineasta en esta ocasión. No se puede entender un dilema de traición a lo que sea si no hay una dependencia o un salvajismo que arrebata la razón a los protagonistas.



En Lujuria y traición, si uno entra en la sintonía del relato, se va a mostrar la lucha por los ideales, la dignidad del patriota, lo conveniente del poder y de la impunidad; sí, hay una propuesta más definida, y los comportamientos arrebatados, irracionales, de sexualidad desbordada con una ternura muy peculiar terminarán siendo el terreno en el que los cuerpos de los amantes vibrarán, tanto, como la que cada quien viva su propia tración, su propio pecado, su muy personal expiación.

Parece que la clave está en alejar a una sana distancia a Lee de los compromisos de Hollywood.

Por los pasillos del video club

La historia del camello que llora es una cinta que en parte es drama y en parte documental, y es dirigida por Luigi Falorni y Byambasuren Davaa. La estética de cada cuadro es elocuente, el relato es sencillo, sin que signifique simpleza. Por medio de historias tradicionales, rituales de fertilidad y ceremonias para armonizar al universo (que la camella pueda aceptar a su cría) es que descubrimos la dureza y sabiduría con que una tribu de nómadas mongoles hacen del desierto del Gobi un universo interesante, profundo, con un equilibrio que invita a reflexionar al occidental atrapado en la falasia de las posesiones.

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Tuesday, April 15, 2008

Goza del paraíso por 30 minutos


Podrás estar en el paraíso con tranquilidad por 30 minutos, antes de que el diablo sepa que has muerto, esa es la premisa con que Sidney Lumet abre su película, justamente Antes de que diablo sepa que has muerto, cinta en verdad excitante, con un ritmo vertiginoso y con un armado de historia que cautiva a quien gusta de ver historias en el plano psicológico.

Lumet es un experimentado director que desde 1957 ha estado filmando, y en su saga de éxitos podemos anotar: Sérpico (1973), Asesinato en el expreso de Oriente (1974), Tarde de perros (1975), A la mañana siguiente (1986), El abogado del diablo (1983), entre muchas otras.

Más allá de nominaciones al premio Óscar, lo que haya ganado y lo que haya dejado pasar, Antes de que diablo sepa que has muerto es una historia que tiene un guión fuerte, que se adentra en la miseria de una familia saturada de mediocridad, y donde lo cotidiano va tomando giros cada vez más dramáticos.

El reparto me parece sólido, encabezado por Philip Seymour Hoffman (Andy), Ethan Hawke (Hank), Marisa Tomei (Gina), y Albert Finney (Charles). Andy y Hank son hermanos, Gina es la esposa de Andy, sin embargo todos los jueves se encierra en un hotel con Hank, en tanto que Charles es al padre de este par de chicos que terminarán en una travesura muy peligrosa.

La travesura a la que hacemos mención es el robo de la joyería de Charles. Los motivos son varios, Andy trabaja en una empresa de bienes raíces, viste bien, es algo así como la imagen de un ejecutivo triunfador; un ejecutivo heroinómano, que admite ser mal amante de su esposa y que por si fuera poco su estilo de vida lo está ahogando en deudas. Hank, el hermano menor, ha hecho un desastre de su vida, su actitud, su ropa, y la incapacidad de cubrir la pensión alimenticia de su hija lo retrata con la imagen perfecta del perdedor.


Por medio de un muy atractivo juego de flash back Lumet no vas presentando el rompecabezas en el que vemos el asalto, lo que pasó un día antes, cuatro días antes, y es así como el espectador va descubriendo como en Hank y Andy se va mezclando la inocencia, la desesperación, la perversión y la frialdad para que se vaya organizando una tragedia familiar, pues el relato expone como algunas piezas no encajaron como se había pensado y otras aparecieron donde nunca debieron estar.

Antes que el diablo sepa que has muerto expone lo cerca que podemos estar de salirnos con la nuestra, de que las familiar tienen secretos que en verdad son escandalosos, que lo que parece sencillo puede salir de control en apenas segundos, la avaricia será el motor, y la misma avaricia llevará a las peores decisiones en donde pareciera que el auténtico beneficiado es el diablo que espera que el hombre y su albedrío lo enredan cada vez más.

No conforme con el flash bak, Lumet se encarga en la segunda parte de la historia en recargar su estilo narrativa en la visión desde diferentes planos y tiempos, a veces el diálogo lo vemos entre Andy y Hank, pero más adelante veremos la acción desde la perspectiva de Gina.

Después de todo, tanto los hermanos Hank y Andy, así como el Charles terminarán enfrentados, saldrán a flote los sentimientos de preferencias, de protección, dudas de paternidad, y demás situaciones que sólo la presión puede hacer explotar, y por si fuera poco, algunas escanas en donde el maravilloso cuerpo de Marisa Tomei llena la pantalla con un cuerpo bello, seductor y en verdad erótico.






El final de la cinta supondrá una cascada de sangre, habrá muertes, habrá expiación, incluso el mito de Saturno se hará evidente para lograr una purificación donde todo ha sido arruinado. Lo interesante del film de Lumet es que no hay frases morales, no hay consejos, es tan sólo dejar escapar la avaricia, la soledad emocional y moral, y la muerte como un cambio a un estado de vida mejor, pues se demuestra que los males surgen en la familia misma.


Antes que el diablo sepa que has muerto es un nuevo acercamiento a los sentimientos de las persona. No hay grandes metáforas, sí alegorías, y una cinta que pudiera parecer que se encamina a una versión interesante de un golpe perfecto termina en una cinta de suspenso donde el laberinto llevará a cada personaje a un camino sin retorno.
Por los pasillos del video club
Vender en el mercado de pulgas un ropero, un uniforme militar, una televisión, siempre a precio regateado, son soluciones que encuentra un jubilado kurdo del Caucazo para subsistir en una entorno solitario, gélido, de profunda melancolía, ah, y por si fuera poco, es un viudo. Sin embargo, la vida sigue, y es posible que una relación surja con una compañera de desgracia. Una maravillosa metáfora final revelará que se pueden vender las cosas, pero la dignidad es la que nos seguirá moviendo. Vodka limón, de Hiner Saleem es una cinta escasa de diálogo, pero las imágenes y las secuencias hacen explícita la narración. Vodka limón es una cinta muy disfrutable.

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Thursday, April 10, 2008

Una visión triste y optimista del ser humano



La familia Savage es una de esas cintas que reciben poca difusión, tiene pocas copias y sin embargo deja huella en el ánimo del espectador si relaciona la sencillez y encuentra el contraste que se expone a lo largo del film.

The Savage (su título original) es una cinta de Tamara Jenkins, que la verdad sea dicha, de las cintas que ha dirigido no tengo la menor referencia, así que parto de cero para juzgar su dirección, y este primer acercamiento ha sido muy grato.

¿Qué es lo que va a ver el cinéfilo?, podrá ser testigo del proceso de una familia disfuncional que por motivos humanitarios verá reunidos a dos hermanos para hacer frente a las adversidades y así iniciar un viaje de autodescubrimiento que en ocasiones va a ser crudo, en otras pintoresco y divertido, pero constantemente muy inteligente.

El casting tiene un acierto, a mi parece, definitivo: Philip Seymour Hoffman. Él es un actor del perfil de, por ejemplo, Gary Oldman o de Jhonny Deep, es decir camaleónicos, igual lo hemos visto como un estudiante cínico en Perfume de mujer, como camillero angustiado en Magnolia, como un perdedor nauseabundo en Felicidad, y desde luego, encarnado como escritor Capote.

En La familia Savage, Hoffman encarna a Jon, un profesor universitario eremita, descuidado, frío, insencible, y a la vez comprometido con la causa familiar, a su estilo, claro está. Jon será una paradoja que ve con dureza la existencia de asilos donde la gente acalla su consciencia y reconforta su estilo clasista de vida, pero llora cada vez que su compañera de departamento le prepara huevos en el desayuno. Jon es capaz de dar conferencias sobre el sentimiento edípico de Bequer, pero es incapaz de ser un soporte emocional sólido para su hermana Wendy. Uno podría pensar que hay que odiar a Jon, sin embargo es un personaje muy humano y muy creíble por la textura que Hoffman logra dar al personaje.


Por su parte, Laura Linney (a quien hemos visto en cintas como Truman show, El exorcismo de Emily Rose, La vida de David Gale) interpreta a Wendy. Una solterona que tiene una aventura con un hombre casado, que tiene dudas sobre el destino de su vida, que ha pedido en 8 ocasiones diferentes una beca para ser escritora, que tiene ideas sobre hacer una obra de teatro semi biográfica, misma que critica y descalifica en cuanto la comenta y la promueve, que siente una mortificación terrible cuando lo que planea para ella o su familia simplemente fracasa.

Ambos personajes, Jon y Wendy vivirán una serie de experiencias al buscar la mejor solución a la situación de su padre (interpretado por Philip Bosco), un padre que nuncatuvo un sólido concepto de la familia, que está viejo, demente y se encuentra muy cerca de la muerte.

Este escenario es el que Tamara Jenkins traza y dibuja. Es inteligente al insertar segmento de cintas del estilo de Fred Astaire, donde estar feliz es la obligación, donde hay fastuosos escenarios, y que termina por contrastar con el entorno que predomina en la cinta: frío, lluvioso, con nevadas, oscuridad y en general un ambiente deprimente.

La familia Savage es una estupenda oportunidad para interiorizar en los sentimientos que unen a las personas, los pequeños detalles en donde podemos encontrar a la felicidad, o bien, descubrir lo delicado y engañoso que es el placer y la satisfacción.

Personajes solitarios, abandonados al desaliento y hastío de una vida que parece no tener suficientes alicientes para hacer algo diferente o con mayor gusto, y sin embargo, no comparto la idea de que se trate de una historia pesimista, muy en en fondo, la cinta expone que la felicidad viene, en parte, envuelta de la aceptación del ser, de las posibilidades, que es algo relacionado directamente con el equilibrio.


La familia Savage hay que verla con ganas de saber algo más del ser humano, a dejarse envolver por la secuencias acompañadas por una música que transpira melancolía. Vista en unidad, la película me da la impresión de ver algún cuanto cuento de Jorge Ibargüengoitia, que de tan trágicas que son las cosas terminas riendo.

Ojalá La familia Savage permanezca más de dos semanas en cartelera, pues es una estupenda oportunidad de ver algo muy valioso en la pantalla.

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Tuesday, April 08, 2008

Nadie elige vivir así


Así como hace un par de años el tema recurrente del cine mexicano era la violencia (el secuestro, concretamente), ahora la avanzada es sobre el tema de los migrantes. No me atrevo a decir que el rumbo es erróneo, pero creo que es muy difícil hacer cine de algo de reclamamos cuando caemos en muchas de esas prácticas.

El caso que ahora nos ocupa es La misma luna, cinta dirigida por Patricia Riggen (La milpa, Retrato de familia), y en ella se da una visión, que si bien puede estar algo gastada cumple su cometido de entretener en la sala y mover los sentimientos, lo cuál no necesariamente es punto insalvable.

Vayamos por partes, como dijo Jack “El destripador”. Ya el año pasado pudimos ver con El pequeño Vannya una cinta emotiva en donde el héroe cumple todo un periplo para encontrar a su madre, quien por cierto, no se va al extranjero para mejorar su estilo de vida, sino que lo regala a un orfanato para que eventualmente tenga una mejor oportunidad en la vida vía la adopción.

En el caso de La misma luna la fórmula se repite: la fortaleza de los vínculos entre madre e hijo será el motor para que un niño de 9 años cruce parte del territorio mexicano y estadounidense para reencontrarse. Este viaje está cargado de momentos cálidos, de transformación de los personajes…, sin embargo, en esta comparación de argumentos la cinta rusa, me parece, lleva la ventaja.

Otro detalle, El pequeño Vannya es una lucha del niño (el héroe) que aunque dramática y fuerte, guarda toda la fuerza y ternura hasta la imagen final donde no hay lágrimas, no hay gritos, sólo un niño que ve iluminar su rostro al ver (él, no el espectador) y escuchar la voz de su madre ya encontrada. En el caso de La misma luna, la directora no deja pasar la oportunidad de poner a madre e hijo llorando en la calle y esperando a que un semáforo de la luz verde para hacer tangible su ya inminente encuentro. Otro punto para la cinta rusa.

Esto que se acaba de apuntar no pretende destruir la imagen de La misma luna, pero me parece justo explicar los detalles que hacen a algunos argumentos más pensados, más elaborados, y que no dependen tanto de los elementos sentimentales, que por cierto, no dejan de estar bien empleados en la cinta mexicana de acuerdo a lo que se busca.

¿Qué mantiene a flote a la cinta?, el dilema que como mexicanos nos resulta muy atractivo, ver que el americano, al fin y al cabo como capitalista, tiene la sartén por el mango, emplea y dispone como mejor le conviene el trabajo del migrante ilegal, es decir, perseguirlo y contratarlo, saber que está, que lo necesita, y a la vez despreciarlo.


En cuanto a las figuras en pantalla, se recurre al símbolo, casi fetiche, del migrante que son los Tigres del norte, así como una actriz que tienen una honestidad interpretativa notable como Carmen Salinas, y que apoyan a Kate del Castillo (Rosario), que trasmite muy bien la angustia de la madre desesperada, e incluso la participación de Eugenio Derbez (Enrique) que parece decir ¡soy un actor, lo puedo demostrar!; pero de manera particular destaca Adrián Alonso (Carlitos, por cierto), claro, el niño que encarnará al héroe que vencerá todos los obstáculos.

Justo es decir que la cinta no muestra a un héroe falso, a veces Carlitos es la fortaleza de atender a su abuela, pero no dejar de conmoverse ante la muerte de ésta, y que a la vez representa el punto de inicio para su viaje, pues su abuela es lo único que lo une a su casa.


En Carlitos veremos que a veces se muestra la inocencia de un niño a punto de caer en las garras de los traficantes de personas, pero contrasta con su empeño para trabajar y ganarse así el sustento, el favor o la situación favorable. Carlitos se impondrá a la figura del padre ausente y a la indiferencia del único adulto al que se puede unir en su andanza por el desierto y así es que se logran tocar diversos aspectos que en la unidad hacen divertida a la cinta y no perderse en anécdotas vagas (Secreto en la montaña, por ejemplo).

La misma luna no es profunda, no es novedosa, sin embargo sí expone la posible transformación del ser humano, del indiferencia del egoísta que termina entendiendo lo que es el sacrificio y que lo aceptará como tal, pues así es como podrá hacer verdad un sueño que no es el suyo, ese es el aporte de la cinta, y Enrique será en quien recaerá esta responsabilidad, estos elementos han hecho posible el que esta cinta haya obtenido premios y reconocimientos en festivales como el de Toronto o el Sundance.

Gocemos La misma luna, y si es posible, que sea motivo de reflexión sobre el por qué sufrimos y nos indignamos de las injusticias que padecemos al ir al norte y a la vez somos tan ciegos e indiferentes a lo mismo que hacemos cuando tratamos al que viene del sur.

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Thursday, March 27, 2008

La fidelidad narrada en tatuajes


El cine de David Cronenberg, dentro de lo bien hecho que resulta, es perturbador. Revisando su filmografía, salvo algunas excepciones, es de gran intensidad, y de notable empatía con el espectador, y para mi el mayor ejemplo es Crash (1996), aunque Promesas peligrosas me parece mejor lograda.

Easter Promises (título original) es una cinta en donde se expone la forma en que opera la mafia rusa, pero no en un sentido de crimen por sí mismo, sino en sus códigos. El ambiente que se pondrá será el aducado y correcto Londres, que es uno de los lugares donde las familias mafiosas han extendido sus influencias.

Desde el inicio el director jugará con los sentimientos y emociones del espectador, un degollamiento y posterior preparación del cadáver (cortando dedos y arrancando dientes) mostrará el perfil necrófilo tan habitual en el negocio de la mafia. Paralelo a este círculo de ajusticiamientos, una enfermera partera se involucrará en el caso de una niña, recién nacida, que por extrañas circunstancias resulta estar involucrada con la familia de mafiosos en cuestión, un diario será la llave de entrada y que a la vez la expondrá a los naturales peligros que conlleva.

El reparto de esta cinta de Cronenberg descansa en Viggo Mortensen (su nuevo fectiche fílmico, pues ya lo dirigió en Una historia violenta), Naomi Watts (la enfermera partera), un soberbio Vincet Cassell (el patriarca mafioso), y Sinead Cusack como el hijo idiota heredero.




A lo largo de la cinta, el director canadiense gusta de jugar con los personajes en sus acciones, es decir, Nikolai (Motersen) es un chofer, y paulatinamente se va involucrando con la familia, conoce los códigos de la mafia, es discreto, gélido, eficaz, no tiene miedo y ya es inmune al dolor, domina los métodos, sabe que su madre es una ramera y que su padre no existió nunca, su única familia es la mafia.

Promesas peligrosas, además, tiene la gran virtud de poner una violencia en verdad profunda, es decir, lo que en otras cintas puede ser grotesco, incluso ridículo, como las cintas de terror, en las imágenes de Cronenberg resulta natural, crudo, pero justificado, la sangre y el dolor son parte del relato, y como tal hay que involucrarse, pues sus imágenes logran trasmitir lo que es el dolor y la angustia de la vida que se escapa por el tajo de una navaja.

Un secreto es lo que dará unidad y coherencia al relato, de nueva cuenta se pondrá un ambiente misterioso, de poca claridad para el que está fuera del círculo selecto, el escalar en la sociedad, el saber ver y callar, el relatar tu vida por medio de tu cuerpo tatuado es lo que veremos en Promesas peligrosas, pero no por ello hay que bajar la guardia, no todo en la maldad ni es unidireccional, existen normas y líneas que no se pueden saltar, trazos hereditarios, crímenes a infantes, o fidelidades a prueba de la dignidad misma se expondrán y el espectador tendrá que notar esto en el estilo fílmico de Cronenberg, o en su defecto, salir de la sala, pues no se trata de un cine cómodo.

Es muy seguro que quede para la memoria del cinéfilo la iniciación de Nikolai en su nueva familia, la lucha a muerte que tiene en un baño sauna (ahí si que hay una demostración clara del dolor, de dirección y de compromiso del actor), de los lazos que unen a una familia, donde lo que en verdad cuenta es salvar en todo momento a la cofradía, y en medio de todo ello, la defensa de la inocencia nacida de la misma barbarie.

Promesas peligrosas cuenta lo que desea el director en el momento adecuado, pues no hay empacho en guardar un as bajo la manga, sin el cuál la bondad y compromiso de vida no se podría entender.

De ninguna manera pretendo afirmar que la película de Cronenberg nos hará expertos en los códigos de la mafia rusa, pero sin duda es un acercamiento muy interesante, muy bien fotografiado y con una estética en sus cuadros, que mantendrá al espectador atento, muy tenso en su asiento, y al final saber que es posible que aún haya esperanzas de que en algunas ocasión, los buenos ganen.

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