Friday, March 10, 2006

Montañas muy ligeras


Cuando uno ve una película de Emir Kusturica (La vida es un milagro) vamos a ver una historia donde en las dos horas y fracción ocurrirán cosas interesantes. Si uno disfruta algún trabajo de Lars Von Tiers (Rompiendo las olas) sabe que en toda la cinta se trabaja un dilema ético profundo, en fin, entendemos que la pantalla se va a llenar de ideas, incluso que faltará tiempo e imágenes. Por si fuera poco, si deseamos verlas es a la brevedad, pues los distribuidores solo proyectan una semana o dos.

En contraparte, cintas como Secreto en la montaña se ven agotadas en los primeros 45 minutos, y a lo largo de lo 85 minutos restantes el director, Ang Lee, trata de convencernos de tiene historia, que va a decir algo interesante, pero el relato se va diluyendo en situaciones ordinarias, cuando trata de exponer algo muy profundo y emotivo.

Vayamos por partes, cuando se indica que Secreto en la montaña está ubicada allá por 1969 no hay algún otro referente sólido que nos hable de la época, es decir, bien podría ser una historia en 1959, en 1967 o en 1997. La ambientación no puede depender solo de un bigote incidental o algunas patillas abundantes en los personajes. Existen referentes históricos, muebles, estilos arquitectónicos, utensilios, vamos, contacto con el resto del mundo. Secreto en la montaña está ligero en ese detalle.

La fotografía es bonita. No interesante, no agresiva, no contrastante, no provocativa. Lo bonito es convencional, común, zona ya experimentada. Además, Lee se ve casi obligado a caer en la necesidad del cine hollywoodense de ver todo y no dejar nada para la interpretación. Si en la cinta se narra que a un homosexual lo arrastran por el desierto hasta que su pene se desprende de su cuerpo, ¿en realidad es necesario ver esa escena para darnos una idea de la brutalidad?, en la lógica de Hollywood sí. Ahí es el gran problema del cine comercial: se recarga en la brutalidad denotativa y no en la contundencia connotativa.

De la música podemos decir otro tanto. Bonita, solo se espera un momento en que salga ese famoso vaquero que el cáncer acabó, y que nos invite a ir al mundo Marlboro. En fin, en el universo Hollywood todo cuadra a la perfección.

Estos detalles periféricos, de apoyo, cuadran a la perfección con los personajes de este drama que nunca llega al real conflicto. Jack Twist y Ennis del Mar (los vaqueros en cuestión) son personajes que tiene mucho para ser explotados, pero me parece que terminan siendo débiles. A lo largo de la historia en ocasiones uno es el fuerte, en otras ese mismo vaquero está lleno de dudas. No me refiero con esto a hacer personajes unidimensionales (malos muy malos y buenos muy tontos), pero cuando se trata de poner sobre la mesa un tema novedoso, pues hay que ser arriesgado y hacer personajes poderosos.

Los roles femeninos y masculinos que se manifiestan en la realidad no se ven con seguridad. Vamos, incluso como que no hay esos cuestionamientos personales que deberían atormentar a alguno. No son homosexuales declarados, impensable en el contexto que se vive, pero a su vez no hay una rebelión contra su vida heterosexual. No hay enfrentamiento. Todo es latente, pero no se profundiza.

Nuestros vaqueros emotivos saben que no pueden vivir juntos, ambos aceptan que no pueden hacer público su amor, y sin embargo sí hay más gente que los ve, como su patrón, Aguirre, o la esposa de Ennis, y sin embargo nunca hay reclamos públicos; en una sociedad sureña tan gustosa de hacer persecuciones (el caso del vaquero mutilado) o de colgar de un árbol a delincuentes, todo pasa serenamente. La vida se maneja con bajo perfil, demasiado bajo. Claro, los personajes sufren, entrarían, queriendo, en el poema de los amorosos, pero eso sería mucha audacia para un cine que en el fondo es políticamente correcto.

Eso sí, hay espacio para bosquejar que Jack busque esa compañía masculina al sur (ya se imaginarán qué está al sur de Estados Unidos), que Ennis, pastor de ovejas, se enrole en las filas del rodeo y aunque lo deteste lo haga para sentirse cerca de Jack (vaquero de profesión). Somos testigos de cómo las hijas de Ennis van creciendo, pero nunca hay reclamos contundentes, catarsis sobre un padre que está confundido en sus sentimientos y sexualidad. Una señora del Mar que calladamente soporta el secreto de su esposo, pero que cuando estalla no logra convencer sobre el infierno que carga en sus espaldas. Buenas perspectivas, pero escasamente explotadas.

¿Por qué insistir en la catarsis?, piense por un momento en películas de John Wayne, ¿se lo imagina viendo a dos vaqueros besándose y que se quedara sereno, les ecahara una mirada fea y les dijera "fuera de mi vista"? En la lógica del vaquero tradicional, histórico, claro que no. Los cose a balazos, los acribilla sin el menos recato. La hombría jamás podía estar en duda. ¿Se podría pensar entonces que es parte de un comportamiento que es más o menos común pero que se oculta? Tal vez sí, pero no se explota en la cinta. Quizás sea otro de los misterios guardados en la montaña.

No se trata de promover intolerancia, de fomentar homofobia. Pero no me queda la menor duda de que al momento de hacer la cinta se piensa en mercados, en no ofender a segmentos poblacionales. Pero si se hace una cinta para que nadie termine molesto, pues ya para eso se creo al emporio Disney (que también es todo un caso). Secreto en la montaña refleja miedo de entrar en temas espinosos, incómodos, que restarán popularidad, que generarán protestas y manifestaciones, ¿entonces para que entrarle a estos temas?..., oh, cierto el dineroy popularidad.

Con todo y esto que se comenta, la cinta tiene coherencia en su ligereza, vamos viendo algunas circunstancias que incluso parecen anecdóticas. Ang Lee se encarga en casar a sus vaqueros cariñosos en rápidas secuencias. Cuando le interesa divorcia a Ennis, éste también establece una relación con una mesara de un bar (qué original) y de pronto la termina, claro, Ennis quiere a Jack, pero eso no aflora de manera clara, es decir, ¿basta con que Ennis sea una persona reservada para que esto nunca emerja?

Con algunos diálogos que buscan ser atractivos, con otros que pasan intrascendentes, con algunos momentos que mueven a la ternura bonita, pero en suma, son pocos los instantes en que se rompe la línea tradicional de un cine que merezca un óscar.

En fin, me parece que de nueva cuenta Hollywood termina por ofrecer una cinta correcta, que se disfruta en una noche como se puede gozar de una pizza. Seguiré convencido que la mejor actuación de Jake Gyllenhaal ha sido Jimmy Burbuja, y no es sarcasmo, la cinta me parece más que divertida y más profunda si se considera el nivel e intención discursiva que busca exponer

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1 Comments:

At March 24, 2006, Anonymous Anonymous said...

Mira, el guión no es tan malo, se desenvuelve y cumple. Eso sí, "A nadie molesta". Los personajes femeninos están desdibujados y les falta vitalidad y fuerza actoral, so sé si se deba al guión o al director, es propable que sea al segundo. La fotografía no propone nada distinto como lenguaje aparte,no por ser "bonita" y mostrar paisajes es eficaz. Está técnicamente bien hecha y es correcta. Te invito que veas "Buenas noches, buena suerte". Su fotografía es propositiva y superior, no por ser en bvalco y negro; el guión y las actuaciones son mucho mejores, y sin saber mucho del macartismo (McCarthy) nos retrata bien la época y la persecusión de los periodistas.Sigue despojándote de prejuicios hollywoodenses. Para criticar y combatir al "enemigo"no hay como conocerlo y detectar sus fallas.

 

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