Monday, December 18, 2006

¿Elegir entre realidad o fantasía?

“Somos lo que elegimos” advierte el Duende verde al Asombroso hombre araña en el momento definitorio de la película, y el caso del cine no es la excepción. Y en ese camino de elecciones llego a esta simple reflexión: Peter Jackson toma una historia mítica y nos entrega una carnicería alegórica de la edad media (todo lo que quiera decir del Señor de los anillos). Tim Burton puede darnos un paseo por lo que pudiera ser cotidiano en su universo y nos regala un poema (por ejemplo El gran pez); sin embargo, una vez que disfruté El laberinto del fauno me queda la emoción de un poema, con la dualidad de la denuncia, pero sin caer por fuerza en la carnicería exaltada.

El laberinto del fauno es una historia en la que del Toro juega en dos dimensiones, la mística y la realidad. De la combinación de ambas encuentro un relato fantástico, pero no por ello aislado de un entorno escalofriante, doloroso, profundo. El centro ¿imaginario? no es motivo para olvidar lo que ocurre a nuestro alrededor.

Pero vayamos por partes. Para que haya una buena historia es común tener buenos actores. Dos son sus referentes de carácter: Maribel Verdú y Sergi López. La Verdú (Mercedes) ha demostrado que es capaz de echarse la historia a cuestas en momentos muy fuertes del relato; en tanto que del Toro deja la responsabilidad del papel masculino en Sergi López. Es muy posible que este nombre no diga mucho en México, y es una pena, tal vez si lo tocara Almodóvar sí que sería conocido. Para quien gusta del cine poco comercial seguramente lo recordará en cintas como Oeste, Hombres felices, Reinas por un día, Un amigo como Harry, Una relación íntima, entre otras. Sí, todas ellas se han exhibido en México, ¿Qué cosas no? Sergi López, como el capitán Vidal se erige enorme, brutal, soberbio, como el macho que encaja perfectamente es esa odiosidad mojigata que puede cuestionar en el más rancio estilo ibérico.

Del otro lado tenemos a Ofelia, interpretada por Ivana Baquero. Una niña que goza de los cuentos de hadas, que cuenta relatos a su hermano aún en el vientre de su madre, que puede ver y decir a las hadas cómo deben ser, que se interna en las más diversas pruebas para poder regresar a su lugar como princesa de un reino mágico del cual un día salió, y cuando vio al luz del sol quedo cegada y olvidó todo lo que sabía.

El film de Guillermo del Toro nos da la posibilidad de ver la historia desde el lado fantasioso o del real, siempre y cuando distingamos qué es lo fantástico y qué es lo real. Tomemos dos ejemplos sencillos: Ofelia es capaz de internarse en un árbol milenario que está seco, en su interior encontrará aun sapo de enormes proporciones, al cual le debe poner tres cuarzos en su boca para que de esa manera pueda obtener una llave que posteriormente le será de utilidad; o bien, ver la forma en que el capitán Vidal asesina a golpes al hijo de un cazador, con una botella, para luego darle un par de tiros al cazador por defender a su hijo, y al hijo, seguramente para dejar un huérfano en el mundo. Defina usted cuál de los dos ejemplos debería ser el fantasioso y cuál es más común. Ya le dije: Somos lo que elegimos.

Pero cuál es elemento integrador de todo este relato. El fauno, un semidiós romano que vive en los campos y las selvas y que persigue a las ninfas (nada tonto el fauno). Éste se presenta en varias ocasiones a Ofelia, le indica ciertas pruebas que debe superar si es que desea regresar a su reino, y sobre todo, huir de la asfixiante realidad en la que vive Ofelia y en la que vivirá su futuro hermano.

¿Guillermo del Toro nos presenta una historia de desesperanza o de confianza en lo que vendrá?, perdón la insistencia, depende de lo que nosotros queramos ver. Se dice que en la actualidad se han perdido valores y que vamos de mal en peor. Si vemos con rigor, en el momento que deseemos, ¿no siempre la historia de la humanidad ha sido crimen, asesinato, imposición, destrucción, sufrimiento, ambición, y cumplimiento de reglas de manera ciega? Acaso no hay escapatoria. Sí, si sabemos ver con cuidado.

A lo largo de la cinta Ofelia es advertida en varias ocasiones que deje en paz los cuentos de hadas, sus sueños, que todo eso es fantasía absurda, claro, después de todo ¿Quién se encuentra a un fauno cualquier día de estos?; pero, ¿y el deseo de Vidal por acabar con todos aquellos enemigos de una misma forma de pensar?, ¿y la obsesión de Carmen (madre de Ofelia) por ser querida por su nuevo esposo, Vidal?, ¿y el deseo de Mercedes de mantener un puente de ayuda a los soñadores que se oponen a las fuerzas del tirano? Me parece que todo depende de la manera en que deseemos ver lo imposible. Un ejemplo más, ¿qué es más descabellado, Ofelia abriendo puertas con ayuda una tiza en la pared o el deseo Vidal por que su hijo sepa algún día la hora exacta en que padre murió?

El laberinto del fauno representa una oportunidad de retomar los ideales y la realidad, empalmarla y saber de qué lado estamos, y comprender que la vida sin esa magia que debemos dejar que nos sorprenda es algo más que un vacío, tanto como obedecer reglas ciegamente. El mensaje de del Toro es claro y representa un cierre maravilloso, existen regalos que están ahí, sólo es cosa de saber mirarlos.

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1 Comments:

At December 24, 2006, Anonymous Anonymous said...

no he tenido oportunidad de ver la pelicula, pero me han dicho que esta estupenda, tu comentario me gusta por como planteas la trama en palabras muy sencillas, el ser humano esta obsesionado con vivir una fantasia y creer que la realidad es una fantasia, que la vida es una fantasia, tal vez por eso haya una relacion entre estas dos verdades

 

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