Tuesday, April 08, 2008

Nadie elige vivir así


Así como hace un par de años el tema recurrente del cine mexicano era la violencia (el secuestro, concretamente), ahora la avanzada es sobre el tema de los migrantes. No me atrevo a decir que el rumbo es erróneo, pero creo que es muy difícil hacer cine de algo de reclamamos cuando caemos en muchas de esas prácticas.

El caso que ahora nos ocupa es La misma luna, cinta dirigida por Patricia Riggen (La milpa, Retrato de familia), y en ella se da una visión, que si bien puede estar algo gastada cumple su cometido de entretener en la sala y mover los sentimientos, lo cuál no necesariamente es punto insalvable.

Vayamos por partes, como dijo Jack “El destripador”. Ya el año pasado pudimos ver con El pequeño Vannya una cinta emotiva en donde el héroe cumple todo un periplo para encontrar a su madre, quien por cierto, no se va al extranjero para mejorar su estilo de vida, sino que lo regala a un orfanato para que eventualmente tenga una mejor oportunidad en la vida vía la adopción.

En el caso de La misma luna la fórmula se repite: la fortaleza de los vínculos entre madre e hijo será el motor para que un niño de 9 años cruce parte del territorio mexicano y estadounidense para reencontrarse. Este viaje está cargado de momentos cálidos, de transformación de los personajes…, sin embargo, en esta comparación de argumentos la cinta rusa, me parece, lleva la ventaja.

Otro detalle, El pequeño Vannya es una lucha del niño (el héroe) que aunque dramática y fuerte, guarda toda la fuerza y ternura hasta la imagen final donde no hay lágrimas, no hay gritos, sólo un niño que ve iluminar su rostro al ver (él, no el espectador) y escuchar la voz de su madre ya encontrada. En el caso de La misma luna, la directora no deja pasar la oportunidad de poner a madre e hijo llorando en la calle y esperando a que un semáforo de la luz verde para hacer tangible su ya inminente encuentro. Otro punto para la cinta rusa.

Esto que se acaba de apuntar no pretende destruir la imagen de La misma luna, pero me parece justo explicar los detalles que hacen a algunos argumentos más pensados, más elaborados, y que no dependen tanto de los elementos sentimentales, que por cierto, no dejan de estar bien empleados en la cinta mexicana de acuerdo a lo que se busca.

¿Qué mantiene a flote a la cinta?, el dilema que como mexicanos nos resulta muy atractivo, ver que el americano, al fin y al cabo como capitalista, tiene la sartén por el mango, emplea y dispone como mejor le conviene el trabajo del migrante ilegal, es decir, perseguirlo y contratarlo, saber que está, que lo necesita, y a la vez despreciarlo.


En cuanto a las figuras en pantalla, se recurre al símbolo, casi fetiche, del migrante que son los Tigres del norte, así como una actriz que tienen una honestidad interpretativa notable como Carmen Salinas, y que apoyan a Kate del Castillo (Rosario), que trasmite muy bien la angustia de la madre desesperada, e incluso la participación de Eugenio Derbez (Enrique) que parece decir ¡soy un actor, lo puedo demostrar!; pero de manera particular destaca Adrián Alonso (Carlitos, por cierto), claro, el niño que encarnará al héroe que vencerá todos los obstáculos.

Justo es decir que la cinta no muestra a un héroe falso, a veces Carlitos es la fortaleza de atender a su abuela, pero no dejar de conmoverse ante la muerte de ésta, y que a la vez representa el punto de inicio para su viaje, pues su abuela es lo único que lo une a su casa.


En Carlitos veremos que a veces se muestra la inocencia de un niño a punto de caer en las garras de los traficantes de personas, pero contrasta con su empeño para trabajar y ganarse así el sustento, el favor o la situación favorable. Carlitos se impondrá a la figura del padre ausente y a la indiferencia del único adulto al que se puede unir en su andanza por el desierto y así es que se logran tocar diversos aspectos que en la unidad hacen divertida a la cinta y no perderse en anécdotas vagas (Secreto en la montaña, por ejemplo).

La misma luna no es profunda, no es novedosa, sin embargo sí expone la posible transformación del ser humano, del indiferencia del egoísta que termina entendiendo lo que es el sacrificio y que lo aceptará como tal, pues así es como podrá hacer verdad un sueño que no es el suyo, ese es el aporte de la cinta, y Enrique será en quien recaerá esta responsabilidad, estos elementos han hecho posible el que esta cinta haya obtenido premios y reconocimientos en festivales como el de Toronto o el Sundance.

Gocemos La misma luna, y si es posible, que sea motivo de reflexión sobre el por qué sufrimos y nos indignamos de las injusticias que padecemos al ir al norte y a la vez somos tan ciegos e indiferentes a lo mismo que hacemos cuando tratamos al que viene del sur.

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1 Comments:

At April 08, 2008, Anonymous Anonymous said...

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