Monday, March 24, 2008

La Zona, o la defensa de un estilo de vida


Enrique Galván, colaborador del noticiario de Jacobo Zabludovsky, explicó en una anécdota que un policía le había confiado en alguna ocasión que los cuerpos policíacos mexicanos son de los más capaces del mundo, pero si no se lograba hacer evidente este hecho era “porque no les dejan pisarle la cola al diablo”. Esta anécdota me parece que puede ser parte de la premisa de La Zona, cinta de debut de Rodrigo Plá.

La Zona no es un terreno común, La Zona no es un barrio exclusivo enclavado en lo más deprimente de la miseria, ni siquiera es un gueto de gente adinerada que ha decidido recluirse en ella para su “protección”, La Zona es un pequeñoEestado que se ha escudado en la intolerancia para limitar sus fronteras.

Honestamente no estaba muy convencido de ver la cinta de Rodrgo Plá, sin embargo me es grato poder dar un comentario favorable a esta historia, pues pone al descubierto lo más lamentable y triste de la condición humana, sin que por fuerza se encasille a un segmento en específico de los protagonistas.

Miguel es un adolescente de una colonia mísera, que colinda con la barda electrificada y filmada de La Zona, y un accidente, la caída de un espectacular, se convierte en una escalera en medio de una tormenta, con lo que el accidente se vuelve en una oportunidad de poder entrar a robar a las opulentas cosas del exclusivo fraccionamiento.

En la lógica que conocemos en lugares como la ciudad de México, los colonos de La Zona tomarán la justicia en sus manos, y es en ello donde la historia se volverá en caldo de cultivo de todo aquello que se hace “por el bien de todos”, es decir, lo escalofriante de la acción humana.




En un recuento de algunas de las atrociodades que nutren la cinta de Plá se puede apuntar la cacería humana que se organiza (como si hubieran sido entrenados por el KKK), la existencia de amparo que protege a los habitantes de La Zona de cualquier acción o investigación policíaca, y así podemos seguir, pero hay que ver la cinta para poder comprender eso que de tan simple aterra: una cosa lleva a la otra.

Los motivos de los protagonistas son amplios, los ricos consideran a la policía la fuente de la corrupción, de lo más asquerosos del sistema social, al cuál se sienten elegidos para dirigir (pues sólo hay una cosa peor que un policía corrupto, y es un policía que no se deja sobornar); la policía es movida por la búsqueda de exhibir a estos adinerados que se sienten superiores. No hay una búsqueda de justicia, mucho menos de solucionar el conflicto, la cosa es sencilla, se trata de un mano a mano entre autoridad y residentes, donde quien quedará en medio, para no variar, será el pobre, el miserable, que en este torbellino de intereses está desprotegido.

Poco a poco las emociones y los intereses van a ir moldeando las posturas de cada colono de La Zona, y como si se trata de mitología, los líderes más sanguinarios del fraccionamiento tomarán en control, justificaran su podredumbre, acomodarán las piezas que molestan (cualquiera sabe que un muerto hay que tirarlo a la basura), e incluso actuarpan en beneficio de la colectividad amedrentando a todo aquel vecino que no esté de su lado de manera ciega.

La cinta presentará un clímax que nos suena típico en la democracias bananeras que habitamos (es que no sé como llamar a las otras democracias) donde la solución es simple, un soborno, pero no algo tan asqueroso como poner dinero en la mano del corrupto, no, se trata de tener estilo, donde hay sujetos de traje, portafolios, números que se anotan en papelitos, vamos, se trata de un acuerdo de caballeros, ¿no? Bien decía en maestro Groucho Marx: "Disculpe que los llama caballeros, pero es que no los conozco". Policía y Sociedad se reencontrarán y podrán volver a vivir en armonía, pues ambos tendrán lo que reclaman, dinero o sangre.



Sí, Miguel tendrá la cantidad justa de sangre que saciará la sed de tan educados y finos colonos, gracias a ello podrán volver a vivir en tranquilidad, sabiendo que han acabado con un asesino miserable (y pobre), porque lo que ellos han cometido se da en nombre de la justicia (ojo por ojo), de las buenas costumbres, del buen vivir, y en donde como siempre, el pagano será el que no tiene dinero para comprar un

estilo de vida.

Sí, es posible que más de un personaje de este microuniverso sienta culpa, pero ¿entonces para que existe el dinero, la clase, el estilo, la jerarquía?

Sí, La Zona cuenta con el apoyo de actores como Daniel Jiménez Cacho, Carlos Bardem, Maribel Verdú, Blanca Guerra, Claudio Obregón, y sin embargo, el sentido de la película es lo que exibe: que después de las cavernas, poco hemos logrado en verdad
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