Friday, March 07, 2008

Sadismo con principios


El gran Lebowski, Fargo, El hombre que nunca estuvo, ¿Dónde estás hermano?, son las películas que he visto de los hermanos Coen, y en todas ellas hay pequeñas marcas que aunque comunes son muy divertidas y atractivas en su estilo narrativo.

Guardando las proporciones, o mejor, en un tono polémico, me atrevería a decir que los Coen ya son de ese club del sello de Woddy Allen, donde los actores buscan prestigio más que dinero al trabajar con estos hermanos que logran trasmitir muy bien el sentimiento popular de nuestro llamado vecino del norte.

Sin lugar para los débiles (más preciso me parece Sin lugar para viejos) es la nueva propuesta de Ethan y Joel Cohen. La historia se desarrolla en el desierto texano, y en donde el entorno de cacería se va manifiesta a lo largo de la cinta.

Llewelyn (Josh Brolyn) es un cazador que hallará el saldo de una matanza entre narcotraficantes, algo así como unos 12 o 15 masacrados en la nada del desierto (sólo encontrando un moribundo traficante suplicante de agua), digamos algo que ya es parte de los usos y costumbres de este lado de la frontera. Su escuela de cacería lo lleva a toparse con una valija que tiene algo así como 2 millones de dólares. El golpe de suerte está planteado desde el inicio.

Llewelyn, sin embargo, no podrá tener la mente tranquila, y a media noche llevará agua al que único sobreviviente que encontró en la zona de la matanza. ¿Tendría motivos éticos o morales para este gesto de caridad?, no, sin embargo él mismo le dice a Mary Jane (su mujer) antes de salir: “Voy a hacer una estupidez”.

Es por medio de esta estupidez que inicia una cacería por la valija millonaria, y en donde el resto del elenco de la cinta va tomando su papel y peso en la historia. Veremos a un Llewelyn perseguido por Antón (Javier Barden), a un Carson Wells (Woody Harrelson) que trata de ser su única opción de salir con vida, y a un sheriff viejo y rebasado por la maldad que impera en el mundo (Tommy Lee Jones).

Hay varios puntos que hacen a la cinta de los Coen muy atractiva: poner a un asesino en verdad frío, desalmado, realmente incalificable (algo complicado en estos tiempos que vivimos), como Antón. El dotarlo de sadismo no quiere decir impedirle elegancia, pues lejos de ser amante del baño de sangre con armas de fuego se vale del aire comprimido para liquidar a sus enemigos. Por favor, pongan mucha atención al papel de la moneda de la suerte, sobre todo en la gasolinera.

Hay más, la búsqueda del dinero hace que por momentos Antón sea el cazador, pero también por instantes Llewelyn es quien marca el paso del acecho. Paralelo a ello, el sheriff se mantiene cerca, reflexiona sobre la maldad, sobre esos colegas que trabajan sin pistolas. Cuidado, no se trata de poner a un simple policía rural, muy seguramente es toda una metáfora del buen juicio, de la justicia, de lo bueno que hay en todo ser humano que es incapaz de comprender la cacería que se hace por dólares. En algún momento se existe un diálogo así: “Ahora todo es traficar y el dinero”, es decir, como si la delincuencia se hubiera prostituido en la actualidad.

Ahora bien, hay varias secuencias de auténtico sadismo y escándalo, y nunca aparece nadie que grite, patrullas, equipos de rescate, o algo similar, la matanzas se da en soledad, sin testigos, sin ruido, sin curiosos. ¿A caso no parece el entorno mexicano, concretamente capitalino?, Es ahí un paralelismo que puede ser evidente: Sin lugar para los débiles es una representación de los pueblos del “viejo” oeste, donde al haber duelo todo mundo se escondía hasta que uno de los pistoleros quedara muerto. Los Coen nos traen una historia de vaqueros, pero aquí los buenos están desbordados, y los malos están en su escenario a sus anchas.


Sin lugar para los débiles nos va mostra matanzas en verdad impactantes, protagonistas que son masacrados con la mayor naturalidad, buenos que se empeñan en comprender a la miseria humana, perversos que no funcionan por dinero, o por ambiciones personales, es más, se podría decir concretamente que Antón es un tipo con principios, su sed de sangre, si se ve con calma la cinta, está justificada y nos plantea interrogantes inquietantes sobre la naturaleza humana.

Más que enlistar los premios o honores alcanzados por la cinta (que me parece inferior a Petróleo sangriento), sin duda ofrece un punto de vista muy actual sobre la condición humana, ah, y sin que deje de mencionarlo, por favor, que no se vaya a hacer un drama por la forma tan… folklórica en que la cinta expone al lado mexicano, después de todo, es muy posible que lo expuesto en Sin lugar para los débiles sea sólo parte del “training” que disciplina al narco mexicano.

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2 Comments:

At March 11, 2008, Blogger Colomba said...

Pero no se puede negar que de todas las movies de los hermanos Coen esta se azota en violencia que uno dice ¿para que?. LA vi anoche y hasta pesadillas tuve, ¿donde quedo la ironia de los Coen?, ahi estan los policias buenos para nada y ahra ademas de todo filosofando, pero la violencia my god QUE HORROR.
Me quedo a ojos cerrados con las anteriores movies de los Coen.

 
At March 14, 2008, Blogger Salvatore said...

Basada en la novela de Cormac McCarthy, también autor de la novela "All the pretty horses", que también se adaptaría para la pantalla grande, y sería protagonizada por Matt Damon y Penélope Cruz, y que curiosamente es dirigida por Billy Bod Thornton (uno de los actores de cabecera de los Cohen). "Sin lugar para los viejos" me parece una suerte de parábola en donde se habla de la desesperanza desde una perspectiva desoladora, en medio del desierto texano.
Una historia que sólo funge como pretexto para hablar de uno de los temas que más les han interesado a los Cohen a lo largo de su cinematografía, que comenzaría con Blood Simple (1984).
Fiel seguidor de los Cohen, desde hace mucho tiempo, me atrevo a decir que se hallan en una cúspide artística.
Su más reciente película no sólo retoma el tema de la violencia per se, vista en muchas otras películas como Miller's Crossing o Fargo. Ahora está acompañada de una madura y cruda reflexión acerca de la vorágine en la que vivimos. Hay un diálogo que me parece clave en la película, cuando el viejo Sheriff, magistralmente interpretado por Tommy Lee Jones, habla con un viejo en silla de ruedas acerca de su renuncia inminente, y de su impotencia ante la ola de violencia que se desata en su condado: "lo único que me da pena es pensar en la mala opinión que Dios ha de tener de mí". A lo que el viejo postrado le contesta: "¿Dios? ¿No te parece muy arrogante pensar que el se fija en ti?".
A mí la película me encantó por su crudeza y su precisión dramática, además de la interpretación de Javier Bardem, quien me parece un de los mejores actores de la actualidad.
No he visto Petróleo sangriento. Habrá que verla.

 

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