Sunday, March 02, 2008

Juno, o madurar a pesar de todo


He de confesar que escuché buenos comentarios de Juno, crecer, correr y tropezarse, y para excepción de mis gustos fílmicos terminé viendo la cinta, claro, tomé ciertas precauciones como un boleto gratis por mis puntos acumulados como cliente frecuente, así como un horario bien matutino para evitar a la mayor parte posible de adolescentes enviados por voluntariosos y animosos maestros. La cosa no estuvo tan mal, usé mis puntos y sólo tuve que callar a una grupito de “pubertas” en una ocasión.

Ahora, sobre la cinta, tiene sus partes muy lúcidas, aunque otras que, la verdad, resultaron como lo esperaba; con todo y eso la película tiene elementos muy rescatables.

Empecemos por la dirección, que recae en el canadiense Jason Reitman, mismo que se distingue en su filmografía por abordar los temas de una manera políticamente incorrecta (suena muy odioso, pero la expresión puede ilustrar), como lo es Gracias por fumar, y bueno, ahora con Juno vuelve a plantear un tema bastante delicado, como lo es el embarazo en la adolescencia, con una óptica que escandalizaría a muchas personas políticamente correctas (que necedad la mía).

La primera parte de la cinta de Reitman navega por el dilema juvenil del embarazo no deseado, un guión que exalta la forma estúpida o inocente en que Juno toma su avasallante problema y unas figuras paternas bastante diluidas. Esto no quiere decir que está mal por necesidad. Si lo vemos con perspectiva, es muy honesto poner a una chica que se arrepiente de abortar al saber que su niño ya tiene uñas, o que al verlo en el ultrasonido diga que tiene la forma de un moco, lo extraño sería algún tipo de reflexión filófica profunda o frase hiperbólica cuando precisamente se ha metido en ese problema por imprudencia. Reconozco que mi crítica responde más a que por momentos se requiere que los personajes caigan en el discurso al estilo de American pie (el aborto).

Ahora, en lo que es la segunda parte del relato, Ellen Page (Juno) es quien toma el control de la historia, no por estar embarazada, o por haber decidido que va a dar a su bebé en adopción a una pareja deseosa de tener un niño, sino por su cándida responsabilidad, por saber lo que hay que hacer, lo que quiere para un niño que no quiere, pero al que desea que la vida le resulte con mejor destino.

Juno va a tener que ir contracorriente en su mundo, pues en la escuela es vista como un fenómeno, claro, es un fenómeno para todos esos chicos que tienen una vida sexual desenfrenada, pero que son escrupulosos ante las consecuencias. Juno expondrá esa cara hipócrita de la sociedad que puede cometer cualquier exceso, siempre y cuando no tenga evidencias o contraveniencias sociales.

A la par de este entorno juvenil, Juno va a intimar, en el mejor de los sentidos, con la pareja que adoptará a su hijo, pues desea que esté en un hogar, en armonía, con un buen principio. Esto se plantea desde la inocencia juvenil, y que a la vez expone el contraste de ese matrimonio donde Vanesa (Jennifer Garner) desea que todo sea perfecto para el niño que adoptará, en tanto que su esposose muestra más pendiente de acechar a la adolescente barrigona que ha llegado a su vida y de poder cristalizar su sueño de ser el siguiente Kurt Kubian.

Al tiempo que la historia va madurando el ruido en la sala fue disminuyendo, la atención quedó atrapada cuando esta chica de 16 años tiene mucho más claro lo que quiere, en donde su valentía termina siendo la energía que Vanesa necesita para salir adelante sin la presencia del marido.

La cinta, al final, deja contentos a todos los que quieren involucrarse, no se trata del fin de una pesadilla, más bien es la forma amable en que deben terminar los conflictos, donde cada quien va a tener lo que desea, lo que quiere, ¿y no tendría que ser siempre así?, vamos, no todo tiene que ser Madame Bovary o Cumbres borrascosas, también es posible que todo mundo tenga su recompensa, ordene su vida con el universo, y no por ello se tenga una historia bonita y simplona.

Es cierto, las chicas en la sala se emocionan más cuando Juno y Pauline (en chico que embaraza a Juno) se dan un beso tierno, para las chicas pasa de largo el proceso de la decisión y madurez que vive la adolescente, sin embargo, con apego a los principios que guían al cine, Juno, crecer, correr y tropezarse, es una cinta interesante, agradable y muy ilustrativa en cuanto a que el problema no es tanto el embarazo no deseado, sino el tener claro qué es lo que se quiere, sin gritos, insultos, amenazas ni lágrimas forzadas.

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