Tuesday, July 17, 2007

Enfrentando a los demonios






Por cosas que desde luego no tiene caso explicar, hace poco más de un año me quedé con las ganas de comentar una película que me pareció magnífica. Quien lea esto podrá decir: ¡infame tecleador, qué caso tiene tu comentario si ya no está en cartelera! Tranquilos, mis cuatro lectores. La opción del DVD hace que sea muy sencillo conseguir la cinta y poder disfrutarla.

Ya en temas fílmicos, considero que el cine es un universo de códigos que son bien complejos, pero a la vez fascinantes. Dentro de los códigos entra el sentir de un pueblo, su idiosincrasia, su valoración del mundo, en fin, detalles y detalles que conforman lo que somos como seres humanos.

En el caso concreto del cine israelí, siento que está atrapado en un dilema histórico. La idea se centra en el hecho de ser uno de los pueblos más polémicos en el planeta, casos y ejemplos sobran, y por medio del cine se ha tratado de remarcar constantemente el tema del holocausto. Desde luego no pretendo distorsionar, polemizar o mucho menos minimizar tal episodio humano, pero creo que sí se vale la reflexión, ¿hasta qué punto el cine israelí es rehén de esta temática?

El motivo de toda esta reflexión es que el director Eytan Fox dirige Caminando sobre el agua, la cual nos presenta, de manera genérica, una proyección evolutiva. Se acepta, se reconoce el holocausto, con todas sus circunstancias, pero también establece un “ya basta”, dejemos de estar atados al pasado y empecemos a vivir nuestra propia vida.

La historia presenta como protagonista a Eyal (Lior Ashkenazi), un agente del famoso Mossa, y que desde luego se encarga de perseguir y liquidar a los terroristas enemigos de Israel. La efectividad y dureza de su profesión lo lleva a vivir sumido en un infierno emocional donde todo lo que se acerca a su vida termina muerto. Iris, su esposa, es uno de esos ejemplos al suicidarse.

Pero la vida sigue, y Eyal tiene que actuar como guía de turistas de Axel (Knut Berger). Hermano de Pía (Caroline Peters), una mujer alemana que ha decidido dejar atrás a su familia y vivir en un Kibutz (un interesante contraste). Axel, además de conocer lo más emblemático de Israel, busca que su hermana viaje de regreso a Berlín para el cumpleaños de su padre. ¿Cuál es el valor de esta explicación?, Axel y Pía son nietos del aparentemente fallecido Alfred Himmelman, de pasado nazi y al cual Menachen (Gideon Shemer), directivo del Mossa, y jefe directo de Eyal, desea dar alcance y muerte.

La investigación que Menachen encarga a Eyal deriva en la interacción entre el agente israelí y Axel, lo que genera diversos sentimiento, emociones, reflexiones, actitudes ante la vida que nos recuerdan una premisa de la cinta: para poder avanzar hay que purificarse, llegar a la raíz de los sentimientos y superarlos, de otra manera seguiremos atrapados en nuestras creencias, en nuestras percepciones.

El humorismo y la reflexión se mezclan con la realidad de los ataques terroristas en camiones israelitas a manos de mártires palestinos, de la notoria rispidez en el trato entre hebreos y árabes, vamos, la historia general de medio oriente vista a través de un Eyal que detesta estar esta misión “caza nazis”, y que a la vez es incapaz de reconocer la homosexualidad de Axel.


Las charlas grabadas (al puro estilo de Carlos Ahumada) revela lo que Menachen suponía: el militar nazi no está muerto, por lo que da la instrucción a Eyal para que vaya a Berlín, restablezca el trato con Axel y se acerque a verificar la versión sobre la existencia de Himmelman.

Es en este momento del relato en que se empieza a girar hacia asuntos más comprometedores en Eyal. Cumplir para lo que está adiestrado suena elemental, ¿pero esta es su lucha?, ¿el holocausto es algo directo para él?, ¿este odio es su odio? Eytan Fox plantea estas reflexiones de manera ágil, involucrando al espectador, pero sin grandes frases hiperbólicas, lo que es todo un acierto.

Sí, Eyal estará delante de un anciano que apenas es capaz de poder respirar con instrumentos, donde todo un cúmulo de angustias, de odios, de herencias y acciones a cumplir se arremolinan, ¿Eyal soportará esto?, ¿el asesino del Mossa se vencerá ante sus sentimientos y quedará en estado de indefensión por no poder cumplir su misión, es decir, completar su utilidad?

Fox teje los elementos para ofrecer un final sorprendente, muy agresivo si se toma en cuenta el dogma de como “debe” ser visto el holocausto y sus consecuencias. La inteligencia del director no deja de lado que también hay algo en la cultura germánica que también tiene que concluir, que hay algo que aún duele y es necesario hacerle frente, algo así como saber cerrar los círculos pendientes.

Por espacio de poco más de 100 minutos el espectador puede ver un proceso de degradación que generará un mejoramiento en los personajes Suena paradójico, ¿acaso el mundo no tiene mucho de paradójico para poder ser habitable?

Sí, Caminando sobre el agua, realizada en 2004 en una coproducción Israel Suecia, es una estupenda opción cuando se va al video club y parece que en lugar de seleccionar una película estamos eligiendo la caja del anuncio que luce menos mal.

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3 Comments:

At July 19, 2007, Blogger La Ruta de los Olvidos said...

De verdad que ahora estás como el asesino, "andas desatado" y es difícil seguirte la pista. Se nota que desayunas, comes y cenas y además bebes cine, ¿pues que ha pasado con el prau-prau-prau, acaso ya no lo practicas? Lo mejor es el tipo de cine no comercial que comentas y las sugerencias para reflexionarlas por toda una semana después de ver alguna de ellas. Tus comentarios son en verdad refrescantes y las pelis estupendas. Espero estar a tu altura y agarrar el impresionante ritmo que traes. Saludos Maese, "Pitoniso del cine o ¿del celuloide?"

 
At July 20, 2007, Anonymous Anonymous said...

Excelente comentario, más preciso no puede ser, sin embargo, hay una parte de la cinta en la que me fije y no se si tenga relevancia... cuando hace vigilancia y utiliza la computadora para escuchar conversaciones en esta escena donde el se aburre o deja de prestar atención especificamente a la computadora y se pone a ver la tele; al final del rodaje aparece Eyal escribiendo demasiado atento a la computadora y con su hijo en las piernas. Yo me pregunto ¿tendra alguna infracción en lo que me fije o solamente quise ver algo irrelevante? Rodrigo

 
At July 20, 2007, Blogger Carlos López Praget said...

Gracias por tu comenario Rodrigo. Espero que lo que uno intenta sea de utilidad a ustedes no para que lo intenten como yo, sino para que los superen con creces, pues están más cerca de lo que se imaginan, sólo es cosa de trabajar.
Sobre la escena que mencionas. No la vería como una infracción, tal vez es para reforzar el estado de sorpresa, de la cinta, de Eyal y de Menachen, vamos, un recurso fílmico, pero que puede ser interesante si lo vemos con la óptica del gran hermano, es decir, en apariencia estás siendo observado todo el tiempo, y sin embargo, siempre hay un momento en que la vidilancia se relaja y es en esa oportunidad en que el talento, o la indolencia del ser humano emerge. Buen detalle el que observaste, cuando está ante la máquina, al final, me parece que es establecer el nuevo vínculo de Eyal con Axel, además de la visión de futuro con su hijo en las piernas. Gracias de nuevo, y estamos a tus órdenes.

 

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