La fidelidad narrada en tatuajes
Easter Promises (título original) es una cinta en donde se expone la forma en que opera la mafia rusa, pero no en un sentido de crimen por sí mismo, sino en sus códigos. El ambiente que se pondrá será el aducado y correcto Londres, que es uno de los lugares donde las familias mafiosas han extendido sus influencias.
Desde el inicio el director jugará con los sentimientos y emociones del espectador, un degollamiento y posterior preparación del cadáver (cortando dedos y arrancando dientes) mostrará el perfil necrófilo tan habitual en el negocio de la mafia. Paralelo a este círculo de ajusticiamientos, una enfermera partera se involucrará en el caso de una niña, recién nacida, que por extrañas circunstancias resulta estar involucrada con la familia de mafiosos en cuestión, un diario será la llave de entrada y que a la vez la expondrá a los naturales peligros que conlleva.
El reparto de esta cinta de Cronenberg descansa en Viggo Mortensen (su nuevo fectiche fílmico, pues ya lo dirigió en Una historia violenta), Naomi Watts (la enfermera partera), un soberbio Vincet Cassell (el patriarca mafioso), y Sinead Cusack como el hijo idiota heredero.

A lo largo de la cinta, el director canadiense gusta de jugar con los personajes en sus acciones, es decir, Nikolai (Motersen) es un chofer, y paulatinamente se va involucrando con la familia, conoce los códigos de la mafia, es discreto, gélido, eficaz, no tiene miedo y ya es inmune al dolor, domina los métodos, sabe que su madre es una ramera y que su padre no existió nunca, su única familia es la mafia.
Promesas peligrosas, además, tiene la gran virtud de poner una violencia en verdad profunda, es decir, lo que en otras cintas puede ser grotesco, incluso ridículo, como las cintas de terror, en las imágenes de Cronenberg resulta natural, crudo, pero justificado, la sangre y el dolor son parte del relato, y como tal hay que involucrarse, pues sus imágenes logran trasmitir lo que es el dolor y la angustia de la vida que se escapa por el tajo de una navaja.
Un secreto es lo que dará unidad y coherencia al relato, de nueva cuenta se pondrá un ambiente misterioso, de poca claridad para el que está fuera del círculo selecto, el escalar en la sociedad, el saber ver y callar, el relatar tu vida por medio de tu cuerpo tatuado es lo que veremos en Promesas peligrosas, pero no por ello hay que bajar la guardia, no todo en la maldad ni es unidireccional, existen normas y líneas que no se pueden saltar, trazos hereditarios, crímenes a infantes, o fidelidades a prueba de la dignidad misma se expondrán y el espectador tendrá que notar esto en el estilo fílmico de Cronenberg, o en su defecto, salir de la sala, pues no se trata de un cine cómodo.
Es muy seguro que quede para la memoria del cinéfilo la iniciación de Nikolai en su nueva familia, la lucha a muerte que tiene en un baño sauna (ahí si que hay una demostración clara del dolor, de dirección y de compromiso del actor), de los lazos que unen a una familia, donde lo que en verdad cuenta es salvar en todo momento a la cofradía, y en medio de todo ello, la defensa de la inocencia nacida de la misma barbarie.
Promesas peligrosas cuenta lo que desea el director en el momento adecuado, pues no hay empacho en guardar un as bajo la manga, sin el cuál la bondad y compromiso de vida no se podría entender.
De ninguna manera pretendo afirmar que la película de Cronenberg nos hará expertos en los códigos de la mafia rusa, pero sin duda es un acercamiento muy interesante, muy bien fotografiado y con una estética en sus cuadros, que mantendrá al espectador atento, muy tenso en su asiento, y al final saber que es posible que aún haya esperanzas de que en algunas ocasión, los buenos ganen.
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